por Alberto | May 26, 2022 | Noticias, Psicologia
“Yo he salido de Heliópolis con los Grandes de los Templos, los que guardan los medios de protección, los Señores de la Eternidad, así mismo, yo he salido de Saïs, con la Madre de los dioses; ellos me han dado sus medios de protección; yo tengo las fórmulas que ha creado el Señor del Universo, para alejar la acción causada por un dios, o una diosa, por un muerto, o una muerta… y así sucesivamente […] yo poseo las palabras para castigar al Calumniador […]. Yo pertenezco a Ra. ”
Papiro Ebers (1837-1898 a. C.), antiguo Egipto. Reino Medio
Comienzo en esta ocasión mi artículo con esta fórmula extraída del famoso Papiro Ebers (Antiguo Egipto), un ancestral tratado médico que fue descubierto por Edwin Smith en 1862 y adquirido por Georg Ebers, quien lo tradujo. En este documento se describe con todo detalle una sesión de hipnosis en un Templo del Sueño. Los adivinos egipcios dominaban las técnicas hipnóticas y conseguían llevar a los sujetos a profundos estados de trance o sueño hipnótico.
Más allá de subrayar la importancia de la hipnosis clínica en terapia psicológica, de lo cual ya hablaremos extensamente en otra oportunidad, hoy desearía destacar la clave de Autopsicología relativa a la generación de autodiálogos positivos, que no en vano, podemos emparentar con formulaciones que conectan con el poder de las hipnosugestiones.
Como psicólogo clínico me preocupan extraordinariamente los diálogos que los pacientes mantienen consigo mismos. Sin duda alguna, sus contenidos, su mensaje, está dramáticamente vinculado con sus emociones y su experiencia psicológica interior. El poder del autodiálogo en la consolidación del malestar psicológico, y en correspondencia, en su disipación, es colosal. Si todos fuéramos conscientes de la importancia de lo que nos decimos a nosotros mismos tendríamos mucho cuidado en tomar conciencia de que el cambio psicológico implica un cambio en nuestras autoverbalizaciones.
Si pasamos nuestra vida echando por tierra cada uno de nuestros gestos vitales, si nos maldecimos constantemente, si solo dibujamos futuros de pesadilla… si somos incapaces de enarbolar la bandera de nuestra autoestima al menos cada vez que abrazamos el éxito, o cuando amamos, si no añadimos en ese momento bellas palabras de autocompasión, de autoagradecimiento, si no nos referimos a nosotros mismos con los mejores términos y vocablos que podamos imaginar… nos sumergiremos en el dolor y el malestar psicológicos.
¡Y es que nuestro cerebro se cree todo lo que nos decimos! Aquí radica el poder de la autosugestión, del autodiálogo. Si sufres en este momento dolor, pregúntate, ¿Cómo me estoy hablando a mí mismo? Merece la pena ejercitarse en modificar estos patrones de interacción verbal para que desde ahora mismo nos respetemos y nos premiemos verbalmente por todo lo que hacemos bien, y por la fuerza vital que ponemos en cada momento de nuestras vidas.
La sugestión, la autosugestión, tiene que ver con influencia, con la capacidad de influir sobre los demás y al mismo tiempo de ser influidos por otros. Esto está vinculado a un determinado tipo de procesamiento cerebral automático, sin mediar análisis crítico o riguroso. Los problemas psicológicos se mantienen fundamentalmente por autoverbalizaciones disfuncionales (negativas), que interfieren en la evolución positiva del conflicto psicológico.
Al mismo tiempo es fundamental adquirir estrategias orientadas a modificar nuestra comunicación personal (interior) para fomentar un espacio mental de calma y tranquilidad y que nos ayude a distanciarnos del trastorno y reducir de este modo el estrés y nuestras preocupaciones.
En mi libro dedico todo un capítulo a estas claves y reflexiones. Y además, salpico de ejercicios hipnosugestivos el resto de apartados. Aprende a autosugestionarte (¡mira cómo los deportistas de éxito se hablan a sí mismos haciendo algún gesto arrogante, para darse ánimos!) utilizando mensajes constructivos y de poder. Elimina los mensajes negativos y desafiantes, o pensamientos irracionales que vuelcas en tu interior.
Te propongo para ir terminando uno de los ejercicios (lo he adaptado un poco) que puedes encontrar en mi libro Autopsicología Ejercicios y claves para una buena salud mental.
Revisa tus pensamientos disfuncionales recurrentes y cualesquiera otros pensamientos automáticos que te generen una gran preocupación. Podrían ser: “me siento deprimido, no valgo para nada” o “tengo un aspecto que da pena verme”. Si te fijas, este tipo de autoafirmaciones son disparatadas y difícilmente pueden corresponderse con la realidad. Siéntate un momento en un lugar donde no te molesten. Cierra tus ojos y da la vuelta a estos pensamientos, convenciéndote de que el cambio lo tienes en la palma de tus manos, habla contigo mismo e imagina (son solo ejemplos, puedes adaptarlos a tu monólogo interior): “la tristeza o la alegría también dependen de lo que yo haga en cada momento, voy a mostrarme más alegre, más activo…. ¿y mi aspecto? Voy a buscar en mi armario y ponerme la ropa más bonita…. Y saldré a la calle a sentir la vida cerca de mí…” o similares. ¡Ya verás como tu estado de ánimo cambia ostensiblemente!
Alberto Bermejo
Psicólogo Especialista en Psicología Clínica
Gabinete de Psicología Eidos (Alicante)
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AUTOPSICOLOGÍA
Ejercicios y claves para una buena salud mental
por Alberto | Oct 9, 2020 | Consejos, Información, Orientación, Psicologia, Terapia
Llegado a este punto y tras la lectura de mis anteriores artículos, habrás conseguido rebajar algunos kilos tu masa corporal. De no ser así, no te preocupes que aquí te ofrezco nuevas ideas y propuestas para seguir trabajando en ello. Si los cambios no han sido importantes, no desesperes. Nos queda este último capítulo. Vamos a utilizar nuestra capacidad de manejar autoverbalizaciones y metáforas asociadas a bajar de peso mediante estrategias basadas en hipnosis clínica y autohipnosis.
Ante todo, asegúrate de no padecer ningún trastorno de la alimentación. Inicialmente me detendré en subrayar algunas distorsiones presentes en los trastornos alimentarios. Es habitual que los pacientes obesos, bulímicos, anoréxicos o con adicción a la comida presenten algún tipo de pensamiento dicotómico. Que observen su problema en categorías opuestas o absolutas; ejemplo: “si logro mantenerme delgada, estaré estupenda”. O que acostumbren a encontrar significados personales, sin ningún tipo de evidencia: “todos mis amigos se han dado cuenta lo gordo que estoy”. O bien que extraigan conclusiones globales de situaciones particulares: “me he sentido muy bien porque me han indicado que estaba muy delgada”. O que tiendan a la exageración: “He cogido un kilo esta semana, como siga así no cabré por la puerta”. O cometer errores a la hora de sacar conclusiones arbitrarias.
Si te identificas en exceso con este tipo de errores cognitivos sobre la naturaleza de tu problema, no lo dudes y visita a su psicólogo. Te ayudará. Una hipnosis realizada por un profesional acreditado, médico o psicólogo, es la mejor manera de emplear procedimientos hipnosugestivos con problemas de alimentación. El psicólogo puede enseñarte a programar ejercicios de autohipnosis en tu propia casa. Un procedimiento básico de autohipnosis que puedo recomendarte para realizar en tu propio domicilio es el que paso a describir básicamente a continuación.
Sitúate en un lugar cómodo y apartado de cualquier distracción. Echado sobre un cómodo sofá o en tu propia cama. Disponte a orientar tus pensamientos hacia una relajación completa (puedes emplear cualquier ejercicio que conozcas), bien utilizando procedimientos físicos o procedimientos más cognitivos. Alcanzado un nivel de relajación aceptable, y con los ojos cerrados, concentra tu atención en el centro de tu frente. También puedes realizar el ejercicio iniciándolo con tus ojos abiertos y percibiendo que progresivamente vas percibiendo un peso constante que finalmente obliga a cerrar tus párpados. Manteniendo dicha concentración déjate llevar por un apacible estado de bienestar y paz y sumérjete en un estado de relajación mental profundo.
A continuación, lo que has de hacer es incluir diversas sugestiones o visualizaciones apropiadas para los objetivos que tienes marcados. Puedes mediante sugestiones y señales poshipnóticas (instrucciones que te das a ti mismo mentalmente que se materializarán al finalizar el ejercicio y en momentos concretos relacionados con los alimentos, como por ejemplo: “cuando visite el supermercado, exclusivamente compraré los alimentos marcados en mi lista”) puedes modificar el tipo de alimentos consumidos. Puedes asimismo convertir el deseo compulsivo de comer, en un impulso para realizar una actividad diferente, como hacer ejercicio físico, realizar determinadas tareas, etc.. Mediante autohipnosis puede sugerirte un consumo moderado, controlado de alimentos, en lugar del consumo compulsivo (si éste es tu caso).
Algunas autoverbalizaciones directas que también puedes emplear en el ejercicio son las siguientes:
“Evitaré los alimentos prohibidos… tendré la fuerza y la habilidad necesarias…. me mantendré firme en la dieta establecida…”
“Antes de comer, tomaré conciencia de mi cuerpo, del respeto que le profeso… tomaré conciencia del momento, voy a alimentarme comiendo sólo lo suficiente… mi cuerpo no necesita más…”
“Con las porciones más pequeñas que me sirva, obtendré todo el placer y satisfacción que necesito cada día”.
“Los alimentos bajos en calorías son sabrosos, ligeros, agradables… me gusta consumirlos”.
Puedes emplear sugestiones de fortaleza personal, de habilidad para confiar y creer en tu capacidad para seguir un programa o una dieta determinada. Puedes visualizar también tu propio cuerpo en el peso adecuado, o preparando y comiendo alimentos de bajo contenido calórico o realizando conductas alimenticias saludables.
Para finalizar este post, te dejo con esta agradable visualización propuesta por el psicólogo Irving Kirsch que me parece particularmente sugestiva: “Me imagino frente al espejo y me observo en él. Este no es un espejo usual, es el espejo del futuro… el futuro que voy a hacer realidad ahora. Me veo a mí mismo adelgazando delante del espejo… más y más delgado, los kilos desaparecen como la nieve en un día soleado de primavera… ahora he alcanzado mi peso ideal y puedo verme a mí mismo en el peso del futuro… y puedo sentirme feliz de haber conseguido mi objetivo”.
Y recuerda, programa tu reducción de peso para llevarla a cabo en varios meses. Las reducciones de peso lentas, son las más exitosas. La probabilidad de rebotes o recaídas será limitada.
Alberto Bermejo
Psicólogo clínico
Gabinete de Psicología Eidos (Alicante)
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