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Claves de Autopsicología: Venciendo el miedo

Claves de Autopsicología: Venciendo el miedo

“…Los humanos necesitamos desafíos, momentos que nos hagan sentir que debemos ganarnos el regalo de la vida. La mayoría de nuestros genes provienen de la Edad de Piedra. Cuando se presentan peligros y desafíos, generan significado y siento que soy fundamental…”

Erling Kagge“Filosofía para exploradores polares”

Recientemente llegó a mis manos el último libro del noruego Erling Kagge: aventurero, editor, abogado, filósofo  y por supuesto, escritor de éxito. Erling es uno de los pocos seres que ha alcanzado los tres polos de la Tierra: el Polo Norte, el Polo Sur y el Everest.  Su título: “Filosofía para exploradores polares”. Incluye todo tipo de consejos, reflexiones y propuestas para llevar una vida más gratificante y cultivar una razonable resiliencia. Quedé impresionado por la profundidad de sus elaboradas meditaciones. Este autor mostró en otra de sus obras una invitación a reencontarse con el silencio, para volver sobre uno mismo y alejarnos del ruido. Todo lo que cuenta en su libro no tiene ningún desperdicio. Sin embargo, hoy me quedo con sus impresiones sobre el desafío y el miedo. Es importante sentirnos vivos, y proponernos desafíos en esta vida de rutinas,  y normalmente aburrida.

¿Y qué pienso yo al respecto?

Sabed que los pacientes llevan a consulta fundamentalmente sus experiencias y particulares relaciones con el miedo. Esa gran barrera psicológica que nos ata de pies y manos. El miedo es desasosegante, es un gran obstáculo en nuestra vida. Y hemos de darnos cuenta de ello para no alejarnos de lo que resulta valioso para nosotros. Los seres humanos libres han sabido romper las cadenas que les ataban al miedo. Necesitamos algún que otro “trance”, correr algunos riesgos, para salir de nuestro estado de confort. O sencillamente, ser nosotros mismos y cumplir con nuestro ritual vital sin vernos desencajados por el temor.

El miedo nos ahoga y os propongo relacionarnos mejor con él. No deja de ser una experiencia psicológica mediatizada por nuestro sistema nervioso autónomo y por algunos órganos del cerebro (amígdala, hipófis, etc…). Biológicamente somos deudores de grandes miedos que están anclados en nuestro material genético: la altura, los iguales, el fuego, algunos animales. El miedo que sentimos es un despliegue brutal de recursos psicofisiológicos que habitualmente no deberían generarse, porque las amenazas a nuestro alrededor son ínfimas, no son importantes realmente. En su mayor parte son constructos de nuestra imaginación, de nuestro cerebro: de lo que nos decimos e imaginamos, de nuestras rumiaciones. El miedo es un Mátrix perturbador que solo sentimos íntimamente. 

Si apostamos por la vida, hemos de apostar también por aceptar los inconvenientes de vivir. Problemas irrenunciables e inevitables. Las cartas que la vida nos arroja en esta partida de póker descomunal. Gran parte de nuestra angustia vital deriva de la no aceptación de nuestras cartas, de los sinsabores de la vida. Abrir el corazón y arrojarnos a la experiencia de vivir, incluso ante el miedo (una vez valorada la la amenaza, no significativa) es recorrer el camino de la superación y el crecimiento. Afrontar el miedo nos confiere más energía para superar las fases de angustia y estrés, si se presentan.

Si sucumbimos al miedo, nuestro cerebro adopta el modo de “evitación cognitiva” y de “evitación de experiencias”. Nos alejamos de eventos internos (imágenes, pensamientos, emociones) que no nos gustan, las rechazamos. Nos encerramos en nosotros mismos y desencadenará la perturbación, enredándonos en patrones de rumiación psicológica agotadores.

Los obstáculos psicológicos demandarán que orientes tu comportamiento hacia el camino fácil, sin embargo, te animo a que tu esfuerzo se oriente más hacia conformar estrategias de afrontamiento frente a los obstáculos que paralizan tu discurrir vital.

Compartiendo claves de Autopsicología: AUTENTICIDAD

Para que descubras que el miedo a menudo es una entelequia, te propongo un ejercicio: prueba con una de las imágenes que identifican la vivencia de uno de tus miedos, si tus reacciones de activación son manejables y no estás muy alterado. Para un momento y échate en el sofá para fijar en tu imaginación dicha experiencia, como si estuviera ocurriendo verdaderamente. Piensa que en todo momento estás recreando una fantasía, una fantasmagoría. Son solo recuerdos, o normalmente serán anticipaciones de futuro sobre hechos que probablemente no sucedan, que solo temes.

Concéntrate en dichas imágenes, sin modificarlas, sin cambiarlas, manteniendo la concentración exactamente en esa escena, siempre la misma durante el ejercicio. Sin saltar de unas imágenes a otras. Comprobarás que tu nivel de activación de ansiedad o miedo es elevado en un principio, pero si te mantienes en el ejercicio unos minutos más, al menos 5 ó 10 minutos, descubrirás que tu respuesta de ansiedad habrá bajado ostensiblemente. En mi libro AUTOPSICOLOGÍA Ejercicios y Claves para una buena salud mental  de Editorial Almuzara tienes explicado todo el ejercicio (“Entumecer el miedo”). Descubre más claves y ejercicios para mejorar tu salud mental. No te dejes enredar por el miedo. Rompe esas cadenas.

Alberto Bermejo
Psicólogo Especialista en Psicología Clínica

Gabinete de Psicología Eidos (Alicante)

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AUTOPSICOLOGÍA
Ejercicios y claves para una buena salud mental

El miedo

El miedo

Nos sentimos atenazados por el miedo. Ahora más, con el ataque del COVID19. El miedo ahoga la libertad. El miedo, en la forma de ansiedad, es asunto que a menudo los pacientes llevan a consulta. ¿Porqué tanto miedo al miedo?. A mis pacientes les explico la ansiedad como si una vieja amiga se tratara. Sin miedo no podríamos existir. Si leéis algunos apartados de mi Web, encontraréis que la biología humana (y no sólo) es deudora de los grandes miedos que filoetológicamente podemos reconocer:  el fuego,  la altura, los iguales, animales… (¡y sin embargo, no tenemos miedo a unos zapatos!). Sí; el miedo es una cuestión biológica, que se despliega psicológicamente.

Con mis pacientes abordo con frecuencia este tema, y mi pretensión principal es conseguir que lo aprendan a manejar. Hemos de superar el miedo a existir. El miedo es el gran monstruo de nuestros días. El miedo nos rodea. Es el gran ladrón de nuestro tiempo (todo ese tiempo que le dedicamos, rumiando mil y un peligros reales e imaginarios). Los verdaderamente libres han roto las cadenas que les ataban al miedo.

El miedo nos lo tomamos hasta en la sopa; se nos lanza desde el cine y la televisión. El Poder se encarga de recordarnos cada día que hemos de temer infortunios si nos alejamos de nuestro rol de ciudadanos apocados. Vivimos en entornos seguros, en paises (Europa Occidental) seguros, con una policía eficaz… y seguimos teniendo miedo del otro que camina junto a nosotros, también temeroso. Y en estos días de temor al contagio, aún más.  Nuestro día a día es un continium de sucesos, imaginarios, cuando en la mayoría de hogares reina una real tranquilidad. El consumo de psicofármacos ansiolíticos es disparatado, especialmente en España… ¿qué nos pasa?. ¿Por qué arruinamos nuestra vida de este modo?. ¿Porqué nos mantenemos en nuestro particular Síndrome de Evitación Experiencial?.

Ciertamente el Poder utiliza el miedo para manipularnos. Los ciudadanos temerosos se pliegan al dictado de los que mandan. El que se mueve no sale en la foto… dijo aquel.  Quería detenerme sobre todo en esta ocasión en los miedos que se nos imponen desde el Estado, desde la Televisión, el Cine, los Mass Media, y desde diversos manipuladores oteros…. Haced una revisión de todos ellos. El cavernícola se arriesgaba, y gracias a eso, somos lo que somos, porque experimentaban. Lo que hacen los medios hoy en dia es asustarnos tanto que no queremos ni experimentar, que seamos  ovejas.

Podemos ser conscientes del coronavirus, pero no debemos dejarnos vencer por el miedo a él. Hay una gran diferencia entre pánico y conciencia. Con conciencia asumimos una responsabilidad, de lo que hay que hacer y de lo que no. Siendo conscientes del problema sabemos qué debemos hacer para disminuir su propagación. Pero con el miedo, la cordura se pierde, disolvemos nuestra conciencia. Desde que el virus ha entrado en nuestra cultura mental se ha vuelto omnipresente; envueltos en su mundo, temblamos ante su temible poder.

Si piensas en el COVID19 constantemente, si lees demasiado al respecto puedes generar síntomas de ansiedad: dolores en el pecho, cefaleas, tensión, problemas gástricos, etc. Casi reproducir una especie de «contagio mental».  ¿Por qué nos obsesionamos tanto a nivel colectivo? El poder de la pandemia actual casi es equiparable al poder de nuestra imaginación. Debemos buscar momentos de desconexión, de leer un buen libro o disfrutar de una buena serie en TV, de hablar con nuestros amigos o con nuestra pareja.

Es el momento de armarse de coraje, buena salud y solidaridad. Nuestra generosidad de espíritu pensando en la supervivencia común. Aplicarnos formas creativas de lidiar con este estrés de cada día. Es el momento de reexaminar nuestra conciencia como especie, para hacer balance. Para revisar otros problemas que tenemos a nuestro alrededor: el cambio climático, la vigilancia, los derechos humanos, la asistencia sanitaria, la justicia y la pobreza. Tomar nuevas lecciones. Armándonos de paciencia, es el momento de cambiar a mejor.  Toca aprender, de lo que ahora está sucediendo a nuestro alrededor. ¿Estamos preparados?

Alberto Bermejo

Psicólogo clínico

Gabinete de Psicología Eidos (Alicante)

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