Problemas de Pareja
Gabinete de Psicología EIDOS
Al igual que las personas individualmente nos vemos inevitablemente teniendo que afrontar múltiples problemas que se nos presentan, las parejas también padecen problemas, tensiones y conflictos que precisan una atención especial de la propia pareja, para no ahondar más en las dificultades planteadas y trabajar juntos en pos de una solución. Si no es así, la intervención de un profesional será indispensable cuando la intensidad o las características de los problemas así lo aconsejen, con el objetivo puesto en desbloquear la situación y diseñar espacios de cambio. Si las dificultades por las que atraviesa la relación son insalvables, la alternativa que nos queda es la separación o el divorcio. Pero esta decisión siempre es la más dura; no se separan dos personas, sino a veces una familia con hijos, todo un entramado de relaciones y amigos, de dependencias económicas, etc.
En una fase de crisis, la alteración emocional es inevitable. Hemos de ser conscientes de la importancia de nuestras decisiones en ese momento, que sean guiadas por la prudencia. Existen múltiples herramientas psicológicas para amortiguar la tensión y resolver la sintomatología asociada.
¿Qué problemas o conflictos pueden desatarse en el marco de la relacion de pareja?
- Dedicar demasiado tiempo al trabajo: no hay espacio para el ocio, para dedicarlo a la pareja, para compartir tareas, etc.
- Desacuerdos diversos: por ejemplo en el ámbito de las tareas del hogar, o decisiones respecto a los hijos, las vacaciones, las relaciones con la familia.
- Los problemas económicos o desavenencias en el manejo del dinero.
- Diferencias en el estatus laboral.
- Problemas de salud (físicos o mentales).
- Falta de entendimiento o de comunicación.
- Sentimientos de celos.
- Problemas sexuales.
- La infidelidad. Descubrir que nuestra pareja tiene otra relación amorosa, o un affaire, desencadena una crisis.
- Violencia doméstica.
- Crisis vitales.
¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra relación de pareja?
Hagamos la existencia más agradable a nuestra pareja, manteniendo el hábito positivo de tener pequeños detalles cariñosos todos los días. También reforzará nuestra pareja demostrar que verdaderamente nos importa y que queremos mantener viva la relación, responsabilizándonos de actividades de nuestra pareja, ayudándola en cualquier ocasión, intercambiando conductas agradables, etc.
Poner los dos de nuestra parte para hacer un esfuerzo por reducir conflictos y discusiones, negociando lo necesario para solucionar cualquier dificultad que pueda presentarse.
Mejorar nuestra confianza en la pareja. Saber comunicar al otro lo que queremos transmitirle realmente, sin medias verdades, con sinceridad. Aprender a comunicarnos emocionalmente y ser asertivos en la medida de lo posible: comunicando lo que nos gusta, y también lo que no nos gusta.
Es importante dedicar un tiempo para estar juntos haciendo actividades agradables, y no sólo en vacaciones (por cierto, las vacaciones a menudo, son una época de conflictos para las parejas que no están ajustadas), compartir experiencias, hacer planes de futuro y revisar con la frecuencia necesaria el estado de la relación.
¿Cómo nos ayudará el Psicólogo?
El objetivo terapéutico es que los miembros de la pareja aprendan a comportarse de un modo más adecuado y eficaz para facilitar una relación más satisfactoria. Son muchos estudios que arrojan la evidencia de que los conflictos suelen deberse a un déficit de ciertas habilidades para relacionarse el uno con el otro, especialmente, las relacionadas con la comunicación y la resolución de problemas. No obstante, no podemos dejar de lado las cuestiones referidas a la compatibilidad (carácter, intelecto, intereses y filosofía de la vida, cohesión, etc.) de los miembros de la pareja.
Las parejas que precisan orientación y/o tratamiento psicológico deben aprender entre otras cosas:
- Principios de cambio de conducta.
- Estrategias para el manejo de las emociones.
- Habilidades de comunicación.
- Habilidades de negociación y de resolución de problemas.
- Compartir actividades placenteras.
- Distribución de tareas instrumentales (domésticas, trabajo, etc.).
- Intercambio de conductas gratificantes.
- Componentes del amor.
- Manejo de la intimidad.
- Resolución de problemas sexuales.
- Refutación de atribuciones y expectativas poco realistas sobre su relación.
La intervención en este ámbito puede resultar eficaz, y mucho, pero va a depender fundamentalmente de la voluntad de los dos miembros de la pareja. Si ambos ponen de su parte y se esfuerzan en cambiar, el éxito estará casi asegurado. En cambio, si no hay un convencimiento e interés se dificulta mucho el proceso. En cualquier caso, el objetivo es que una relación de pareja se mantenga si va a ser positivo para ambos miembros, en caso contrario, habrá que plantearles que la mejor opción es una ruptura lo menos traumática posible.
Si tus preocupaciones giran en torno a este tema o padeces este tipo de problemas, podemos ayudarte… Estamos cerca de ti.
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