por Dicreando | Abr 18, 2022 | Noticias, Psicologia
”…El estado óptimo de experiencia interna (flow) es cuando hay orden en la conciencia. Sucede cuando la energía psíquica (o atención) se utiliza para obtener metas realistas y cuando nuestras habilidades encajan con las oportunidades para actuar…”
Mihaly Csikszentmihalyi
Una de las claves de Autopsicología más importantes, en mi opinión, es el estado de Flow. Flujo, o fluidez, en español. Ese estado de conciencia óptimo, vitalista, donde todo lo que realizamos y experimentamos añade un orden lógico e incluso paralógico a nuestro sentir consciente, haciendo que percibamos la realidad de una forma especialmente clara, sintiendo que todas las piezas de nuestro rompecabezas encaja, mostrándonos creativos y activos. Quien mejor pudo describir esta experiencia fue Mihaly Csikszentmihalyi en su ensayo “Flow” (Fluir). Cskszentmihalyi, M. (1997). Fluir (Flow): una psicología de la felicidad. Editorial Kairós.
¿Has sido consciente alguna vez de una experiencia de este tipo?. Fíjate en las personas que comunican experiencias de goce extremo, casi extático, producidas por la escucha de una obra musical, el fragmento de un libro inspirador, el descubrimiento de un paisaje o un sentimiento espontáneo de bienestar. O personas que de forma similar se conducen en su quehacer profesional o creativo con una especial sensibilidad, con capacidad resolutiva, sintiéndose activos, con una armoniosa naturalidad.
Os animo a buscar el modo de conectar con estas sensaciones, esta práctica excepcional. Se trata de ir más allá del placer, y abrazar las experiencias que nos llenen, que nos hagan gozar, que nos hagan sentir vivos y conectados. Experiencias óptimas y transformadoras. Esta búsqueda de flujo personal en lo que hacemos y experimentamos puede ayudarnos a encontrar respuestas a muchas de nuestras preguntas y conocernos mejor.
El verdadero sentimiento de felicidad radica en nuestro interior, conectado con la capacidad de concentrar la consciencia desplegando nuestra creatividad de forma activa. No debemos vagabundear por la vida, sin ser constantes, de forma errante; dejándonos llevar sin tomar ninguna decisión. Es importante ser consciente de cada paso que damos, establecer metas específicas y elegir un camino coherente con nuestra sensibilidad.
Las metas dirigen, nos muestran el propósito en nuestra vida. Las metas son motivadoras; cuando más cerca estemos de ellas, mayor motivación de logro obtendremos. Alcanzar nuestras metas, por encima de todo, reforzará nuestra autoestima. Sigue a continuación un ejercicio para que lo realices cuando tengas oportunidad:
Fíjate metas a largo plazo, ¿cómo es la vida que quieres llevar dentro de unos años? Familia, intereses, pareja, amigos, vocación… Fija etas secundarias también, prepara aquellas metas que te ayuden en tu progresión. Esfuérzate cada día por irte acercando paso a paso a todas ellas.
Alberto Bermejo
Psicólogo Especialista en Psicología Clínica
Gabinete de Psicología Eidos (Alicante)
www.psicologos.eu
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AUTOPSICOLOGÍA
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Algunos basan su vida en la búsqueda del placer, que con frecuencia confunden con ser felices. Realmente, los placeres entendidos en el sentido material duran bien poco. El verdadero sentimiento de felicidad radica en nuestro interior. Y está más vinculado a la noción de disfrute. Es inútil buscar fuera fuentes de placer, en objetos ni en sustancias externas. Sí, acaso, reorientar la felicidad desde las experiencias que podemos sentir en nuestra vida. El disfrute está conectado con nuestra capacidad para concentrarnos en algo conscientemente y tener pleno control sobre nuestra atención, enfocando nuestra mente hacia lo que hacemos en cada momento.
En otras ocasiones he abordado la experiencia de vida interior para abrazar algo que puede parecerse a la felicidad, o la entronización de nuestros valores como jalones de una óptima experiencia vital. La mayor experiencia de felicidad radica en nuestra propia mente, disfrutando en cuerpo y alma de todo lo que hacemos cada día. En este post quiero mostrarte el estado opuesto de la condición de entropía psíquica, la experiencia óptima, la experiencia de fluir. ¡Y no estamos hablando del condensador de fluzo, el núcleo central que hacía funcionar el DeLorean de la película Regreso al Futuro! Aunque es una bonita metáfora de todas las capacidades y el fantástico potencial de nuestra mente, en formato fílmico.
Hablamos de un estado de flujo de conciencia óptimo, vital, donde todo lo que hacemos añade orden a nuestro sentir consciente, sintiéndonos bien, creativos y activos. ¡Como en esos dibujos de los tebeos en los que el dibujante reflejaba encima del personaje una bombilla encendida!. Quien mejor ha descrito esta experiencia ha sido Mihaly Csikszentmihalyi, en su libro “Flow” (Fluir)
Fijémonos en las personas que nos comentan experiencias de goce extremo, casi extático; producidas por la escucha de una obra musical, la lectura de un libro inspirador, el descubrimiento de un paisaje o un sentimiento espontáneo de bienestar. Estas experiencias están relacionadas con una concentración especial, un desafío, con habilidades y consecución de metas, autocontrol, la apertura a los demás, el alejamiento de las preocupaciones y con la validación de expectativas positivas en la vida y retroalimentación positiva de nuestra propia conducta. Esa búsqueda de flujo personal en lo que hacemos y en lo que experimentamos puede ayudarnos a encontrar las respuestas que buscamos, nos ayudará a sentirnos mejores.
Abraham Maslow, uno de los más importantes psicólogos del siglo XX elaboró una teoría de personalidad alrededor del concepto de autorrealización, y de las necesidades internas, morales, entroncadas con la búsqueda de un significado personal. Una de sus frases, que me han inspirado a menudo: “… Podemos orientarnos hacia la defensa, la seguridad o el miedo. Pero, en el lado opuesto, está la opción de crecimiento. Elegir el crecimiento en lugar del miedo doce veces al día, significa avanzar doce veces al día hacia la autorrealización…”. Se trata de dejarnos absorber por esa experiencia óptima transformadora, ser uno con lo que hacemos en cada momento; que podemos llamar también experiencia autotélica (del griego “auto” que significa en sí mismo y “telos” que significa finalidad)
Es francamente importante por otra parte dedicar nuestro tiempo en actividades que verdaderamente disfrutemos y nos llenen, que nos hagan sentir bien, aparte de aquellas otras indispensables en la vida que no siempre nos llenan tanto…
Alberto Bermejo
Psicólogo clínico
Gabinete de Psicología Eidos (Alicante)
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