Alberto Bermejo
Psicólogo clínico
Gabinete de Psicología Eidos (Alicante)
www.psicologos.eu
Síguenos en nuestras Redes Sociales
Facebook: https://es-es.facebook.com/GabineteEidos/
Twitter: https://twitter.com/gabinete_eidos
Los sueños siempre me han fascinado. Actividad onírica, fantasía nocturna (por cierto a mi Web de viajes la llamé “Oneira”)
No hay nada más adorable que un ser humano durmiendo, soñando, plácido en su vulnerabilidad.
Con los sueños desahogamos situaciones, emociones y conflictos diurnos.
Si no soñamos, ¡morimos! ¡Fisiológicamente cierto!
Intrigante.
Un día hablaremos y soñaremos largo y tendidos. No olvides dedicar al sueño las horas necesarias para una buena salud mental. Duerme suficientemente.
Conócete mejor. Hoy te propongo que cada día al despertar recuerdes tus sueños y los reflejes por escrito en un “sueñario”.
Verás como los sueños de la noche…te sorprenderán cada día.
Alberto Bermejo
Psicólogo clínico
Gabinete de Psicología Eidos (Alicante)
www.psicologos.eu
Síguenos en nuestras Redes Sociales
Facebook: https://es-es.facebook.com/GabineteEidos/
Twitter: https://twitter.com/gabinete_eidos
Uno de los grandes mitos de nuestra humanidad es la búsqueda de la felicidad. Desde niños crecemos imbuidos por la idea de que venimos a este mundo para ser los más felices. Nuestra cultura occidental está cimentada en la idea de que el hombre es bueno y ser feliz es lo más natural del mundo.
Quiero centrarme en escribir unas líneas sobre el concepto de felicidad desde la óptica de la psicología clínica; subrayando inicialmente algunas ideas algo desadaptativas que son compartidas por muchos:
Podríamos señalar más ideas de este tipo, con poca base real; pero no quiero extenderme. Preguntaos: ¿qué es la felicidad?. Nadie se pone de acuerdo al respecto y es asunto muy opinable.
La cruda realidad (y no quisiera ponerme pesimista) es que la felicidad perenne no existe, el hombre no nace para ser feliz (no es su cometido primordial, no nació con ese fin), se puede ser feliz y desgraciado a un tiempo (todo depende de cada momento y cada situación vital) y también constatamos los psicólogos que el malestar forma parte de nuestra existencia.
Por favor, no matéis al mensajero. Podemos vivir con moderada felicidad, sí. Aunque quisiera llamar la atención sobre el hecho de que construimos nuestra vida en general sobre una ideología de la felicidad equivocada.
Lo qué debemos tener presentes es tener conciencia de quienes somos. Somos seres vulnerables. Seremos felices en cada momento, dependiendo de nuestro modo de valorar nuestro mundo y nuestro entorno. Y en ocasiones estaremos en presencia del malestar y tendremos que vivir con ello. La psicología clínica nos enseñará actitudes, estrategias y técnicas para hacerle frente. Vivir sumidos en depresión, ansiedad o sufriendo trastornos psicológicos diversos no es una opción; podemos vivir más profundamente vidas razonablemente felices.
En mi opinión, la felicidad consiste en sentirnos plenamente vivos. La felicidad en la práctica es tener conciencia de quienes somos y sentirnos satisfechos pese a vernos a menudo sumidos en la incongruencia; es establecer un propósito en nuestra existencia y trabajar por conseguirlo; la felicidad es vivir cada instante como si fuera el último, extraer lecciones valiosas de cada acontecimiento; es disfrutar con cada nuevo aspecto de nuestro entorno vital. La felicidad es sentirnos estimulados física, social e intelectualmente; felicidad es alejarnos de todo lo que estropea nuestra capacidad de ser feliz (las adicciones, la delincuencia, la corrupción, la violencia, etc.). Felicidad es también, y sobre todo, creatividad.
Comentemos un par de factores importantes en esto de construir felicidad (aparte de muchos recursos y consejos habituales) y ya retomaremos el tema en otra ocasión porque me gusta no escribir posts excesivamente densos.
Un estudio publicado en el Journal of Epidemiology & Community Health http://jech.bmj.com/ determinó, a partir del análisis de cuestionarios respondidos por 51000 noruegos, que asistir y participar a actividades culturales producía satisfacción, bienestar y lo más importante, que las personas que asistían a estos eventos eran menos propensos a la ansiedad y la depresión. Y estudios similares han conducido a resultados también similares.
En mi opinión, cualquier actividad reforzante (agradable) que rompa con la dura rutina de cada día repercutirá positivamente en nuestra salud e incrementará nuestra capacidad de sentirnos más felices. Así que, te aconsejo que potencies tu vinculación con actividades culturales. Un consejo también muy importante, sin duda alguna, es que te mantengas plenamente activo. La pasividad es enemiga de lo bueno.
Otro ejercicio muy saludable y de importancia a la hora de fortalecer nuestro sentimiento de felicidad cotidiano es la risa. Aristóteles ya decía que “la risa es un ejercicio corporal valioso para la salud”. ¿Se acuerdan ustedes del libro “El nombre de la Rosa” y la equivocada valoración religiosa de reír por uno de sus personajes?. Pues ahí lo tenemos…
Al parecer, gracias a la risa se liberan sustancias bioquímicas, como la dopamina y la adrenalina que influencian positivamente nuestro estado de ánimo e incrementan nuestra creatividad. La risa es la contraparte de la depresión y la tristeza, mejora nuestra autoestima y alivia el insomnio. Además, se ha demostrado que refuerza también el sistema inmunológico. En definitiva, y a juicio de muchos investigadores, facilita respuestas fisiológicas, psicológicas y espirituales.
Recordad, de cara a vuestra felicidad, lo que dice un proverbio chino: “para estar sano hay que reirse al menos 30 veces al día”. Tomad buena nota.
Alberto Bermejo
Psicólogo clínico
Gabinete de Psicología Eidos (Alicante)
www.psicologos.eu
Síguenos en nuestras Redes Sociales
Facebook: https://es-es.facebook.com/GabineteEidos/
Twitter: https://twitter.com/gabinete_eidos
Algunos basan su vida en la búsqueda del placer, que con frecuencia confunden con ser felices. Realmente, los placeres entendidos en el sentido material duran bien poco. El verdadero sentimiento de felicidad radica en nuestro interior. Y está más vinculado a la noción de disfrute. Es inútil buscar fuera fuentes de placer, en objetos ni en sustancias externas. Sí, acaso, reorientar la felicidad desde las experiencias que podemos sentir en nuestra vida. El disfrute está conectado con nuestra capacidad para concentrarnos en algo conscientemente y tener pleno control sobre nuestra atención, enfocando nuestra mente hacia lo que hacemos en cada momento.
En otras ocasiones he abordado la experiencia de vida interior para abrazar algo que puede parecerse a la felicidad, o la entronización de nuestros valores como jalones de una óptima experiencia vital. La mayor experiencia de felicidad radica en nuestra propia mente, disfrutando en cuerpo y alma de todo lo que hacemos cada día. En este post quiero mostrarte el estado opuesto de la condición de entropía psíquica, la experiencia óptima, la experiencia de fluir. ¡Y no estamos hablando del condensador de fluzo, el núcleo central que hacía funcionar el DeLorean de la película Regreso al Futuro! Aunque es una bonita metáfora de todas las capacidades y el fantástico potencial de nuestra mente, en formato fílmico.
Hablamos de un estado de flujo de conciencia óptimo, vital, donde todo lo que hacemos añade orden a nuestro sentir consciente, sintiéndonos bien, creativos y activos. ¡Como en esos dibujos de los tebeos en los que el dibujante reflejaba encima del personaje una bombilla encendida!. Quien mejor ha descrito esta experiencia ha sido Mihaly Csikszentmihalyi, en su libro “Flow” (Fluir)
Fijémonos en las personas que nos comentan experiencias de goce extremo, casi extático; producidas por la escucha de una obra musical, la lectura de un libro inspirador, el descubrimiento de un paisaje o un sentimiento espontáneo de bienestar. Estas experiencias están relacionadas con una concentración especial, un desafío, con habilidades y consecución de metas, autocontrol, la apertura a los demás, el alejamiento de las preocupaciones y con la validación de expectativas positivas en la vida y retroalimentación positiva de nuestra propia conducta. Esa búsqueda de flujo personal en lo que hacemos y en lo que experimentamos puede ayudarnos a encontrar las respuestas que buscamos, nos ayudará a sentirnos mejores.
Abraham Maslow, uno de los más importantes psicólogos del siglo XX elaboró una teoría de personalidad alrededor del concepto de autorrealización, y de las necesidades internas, morales, entroncadas con la búsqueda de un significado personal. Una de sus frases, que me han inspirado a menudo: “… Podemos orientarnos hacia la defensa, la seguridad o el miedo. Pero, en el lado opuesto, está la opción de crecimiento. Elegir el crecimiento en lugar del miedo doce veces al día, significa avanzar doce veces al día hacia la autorrealización…”. Se trata de dejarnos absorber por esa experiencia óptima transformadora, ser uno con lo que hacemos en cada momento; que podemos llamar también experiencia autotélica (del griego “auto” que significa en sí mismo y “telos” que significa finalidad)
Es francamente importante por otra parte dedicar nuestro tiempo en actividades que verdaderamente disfrutemos y nos llenen, que nos hagan sentir bien, aparte de aquellas otras indispensables en la vida que no siempre nos llenan tanto…
Alberto Bermejo
Psicólogo clínico
Gabinete de Psicología Eidos (Alicante)
www.psicologos.eu
Síguenos en nuestras Redes Sociales
Facebook: https://es-es.facebook.com/GabineteEidos/
Twitter: https://twitter.com/gabinete_eidos
Llegado a este punto y tras la lectura de mis anteriores artículos, habrás conseguido rebajar algunos kilos tu masa corporal. De no ser así, no te preocupes que aquí te ofrezco nuevas ideas y propuestas para seguir trabajando en ello. Si los cambios no han sido importantes, no desesperes. Nos queda este último capítulo. Vamos a utilizar nuestra capacidad de manejar autoverbalizaciones y metáforas asociadas a bajar de peso mediante estrategias basadas en hipnosis clínica y autohipnosis.
Ante todo, asegúrate de no padecer ningún trastorno de la alimentación. Inicialmente me detendré en subrayar algunas distorsiones presentes en los trastornos alimentarios. Es habitual que los pacientes obesos, bulímicos, anoréxicos o con adicción a la comida presenten algún tipo de pensamiento dicotómico. Que observen su problema en categorías opuestas o absolutas; ejemplo: “si logro mantenerme delgada, estaré estupenda”. O que acostumbren a encontrar significados personales, sin ningún tipo de evidencia: “todos mis amigos se han dado cuenta lo gordo que estoy”. O bien que extraigan conclusiones globales de situaciones particulares: “me he sentido muy bien porque me han indicado que estaba muy delgada”. O que tiendan a la exageración: “He cogido un kilo esta semana, como siga así no cabré por la puerta”. O cometer errores a la hora de sacar conclusiones arbitrarias.
Si te identificas en exceso con este tipo de errores cognitivos sobre la naturaleza de tu problema, no lo dudes y visita a su psicólogo. Te ayudará. Una hipnosis realizada por un profesional acreditado, médico o psicólogo, es la mejor manera de emplear procedimientos hipnosugestivos con problemas de alimentación. El psicólogo puede enseñarte a programar ejercicios de autohipnosis en tu propia casa. Un procedimiento básico de autohipnosis que puedo recomendarte para realizar en tu propio domicilio es el que paso a describir básicamente a continuación.
Sitúate en un lugar cómodo y apartado de cualquier distracción. Echado sobre un cómodo sofá o en tu propia cama. Disponte a orientar tus pensamientos hacia una relajación completa (puedes emplear cualquier ejercicio que conozcas), bien utilizando procedimientos físicos o procedimientos más cognitivos. Alcanzado un nivel de relajación aceptable, y con los ojos cerrados, concentra tu atención en el centro de tu frente. También puedes realizar el ejercicio iniciándolo con tus ojos abiertos y percibiendo que progresivamente vas percibiendo un peso constante que finalmente obliga a cerrar tus párpados. Manteniendo dicha concentración déjate llevar por un apacible estado de bienestar y paz y sumérjete en un estado de relajación mental profundo.
A continuación, lo que has de hacer es incluir diversas sugestiones o visualizaciones apropiadas para los objetivos que tienes marcados. Puedes mediante sugestiones y señales poshipnóticas (instrucciones que te das a ti mismo mentalmente que se materializarán al finalizar el ejercicio y en momentos concretos relacionados con los alimentos, como por ejemplo: “cuando visite el supermercado, exclusivamente compraré los alimentos marcados en mi lista”) puedes modificar el tipo de alimentos consumidos. Puedes asimismo convertir el deseo compulsivo de comer, en un impulso para realizar una actividad diferente, como hacer ejercicio físico, realizar determinadas tareas, etc.. Mediante autohipnosis puede sugerirte un consumo moderado, controlado de alimentos, en lugar del consumo compulsivo (si éste es tu caso).
Algunas autoverbalizaciones directas que también puedes emplear en el ejercicio son las siguientes:
“Evitaré los alimentos prohibidos… tendré la fuerza y la habilidad necesarias…. me mantendré firme en la dieta establecida…”
“Antes de comer, tomaré conciencia de mi cuerpo, del respeto que le profeso… tomaré conciencia del momento, voy a alimentarme comiendo sólo lo suficiente… mi cuerpo no necesita más…”
“Con las porciones más pequeñas que me sirva, obtendré todo el placer y satisfacción que necesito cada día”.
“Los alimentos bajos en calorías son sabrosos, ligeros, agradables… me gusta consumirlos”.
Puedes emplear sugestiones de fortaleza personal, de habilidad para confiar y creer en tu capacidad para seguir un programa o una dieta determinada. Puedes visualizar también tu propio cuerpo en el peso adecuado, o preparando y comiendo alimentos de bajo contenido calórico o realizando conductas alimenticias saludables.
Para finalizar este post, te dejo con esta agradable visualización propuesta por el psicólogo Irving Kirsch que me parece particularmente sugestiva: “Me imagino frente al espejo y me observo en él. Este no es un espejo usual, es el espejo del futuro… el futuro que voy a hacer realidad ahora. Me veo a mí mismo adelgazando delante del espejo… más y más delgado, los kilos desaparecen como la nieve en un día soleado de primavera… ahora he alcanzado mi peso ideal y puedo verme a mí mismo en el peso del futuro… y puedo sentirme feliz de haber conseguido mi objetivo”.
Y recuerda, programa tu reducción de peso para llevarla a cabo en varios meses. Las reducciones de peso lentas, son las más exitosas. La probabilidad de rebotes o recaídas será limitada.
Alberto Bermejo
Psicólogo clínico
Gabinete de Psicología Eidos (Alicante)
www.psicologos.eu
Síguenos en nuestras Redes Sociales
Facebook: https://es-es.facebook.com/GabineteEidos/
Twitter: https://twitter.com/gabinete_eidos
Os comentaba en un post anterior que en esta segunda parte os facilitaría algunas ideas para encarrilar adecuadamente un programa básico de reducción de peso. Debo indicar que estas recomendaciones no están orientadas a resolver una obesidad mórbida, sino a ofrecer sugerencias inteligentes para todas aquellas personas que quieren bajar su peso unos kilos.
He de subrayar que algunas técnicas no son muy populares para acometer un programa de reducción de peso. Me propongo en este post acabar con esta pequeña maldición y romper una lanza por las estrategias basadas en lo que conocemos en psicología.
Para bajar de peso, la primera decisión es la elección de una dieta adecuada a nuestro propósito. Si tienes importantes problemas de peso te aconsejo una visita previa a tu médico experto en nutrición que pueda ofrecerte buenas propuestas e ideas, estructurando una dieta adecuada. Desconfía de las dietas milagro. No es preciso que sea una dieta agresiva. Si consigues bajar de peso suficiente pero consistentemente cada semana (incluso por debajo de 1 Kg) está programando tu cuerpo para mantener un peso más bajo. Las bajadas de peso extremas no son nada recomendables, ni física, ni psicológicamente.
En segundo lugar, considera la visita a tu psicólogo clínico para evaluar tu salud mental. Si hay presencia de alteraciones emocionales, ansiedad, depresión u otros trastornos de conducta es importante conocerlos y manejarlos para que no interfiera en tu programa de reducción de peso.
Las primeras tres semanas son las más importantes. El éxito en las primeras semanas es un anticipo del éxito de su programa. El cambio psicológico que tiene lugar en los primeros días es esencial. Se trata de que envíes un potente mensaje a tu cuerpo y a tu cerebro: “amiguitos: vamos a colaborar juntos para bajar de peso”; y eso se consigue mostrándote firme en tu conducta. Importante: no te propongas eliminar ninguna otra adicción ahora. Concéntrate en reducir tu ingesta calórica únicamente. No es preciso llevar a rajatabla la dieta escogida. Permítete una vez a la semana hacer algún extra. Lo importante es la reducción calórica global (no diaria). Pésate semanalmente y anota los kilos en una agenda comprobando los avances. Oblígate a bajar cada semana “algo” de peso. Si una semana no tienes éxito, no te preocupes y continúa con tu programa.
Haz planes para mantenerte ocupado durante las próximas semanas; no dejes lugar al aburrimiento. Trabaja duro. Aprovecha para llevar a cabo esas tareas pendientes que siempre postergaste. Diviértete y sal con sus amigos. Disfruta de tu familia y de tus aficiones intensamente. Implícate en todas sus actividades de forma intensa. Disponte a gastar energía al máximo en todo lo que haces.
Es el momento de iniciar un programa de entrenamiento físico adecuado a tu salud, tu edad y forma física. Elige un deporte y procura practicar todas las semanas con la mayor frecuencia que te lo permita tu agenda. Los días que no hagas deporte intenso, aprovecha para dar algunos paseos durante el día o la tarde. Si puedes ir al trabajo andando o en bicicleta, hazlo. Es importante el incremento de la actividad. Recuerda que estamos mandando un mensaje a nuestro cuerpo y a nuestro cerebro de implicación en actividades físicas. Ah… ¡y no te olvides del sexo!
Cambia algunos hábitos no deseables y controla algunos estímulos relacionados con la ingesta de comida. Planifica tus comidas. Durante las tres primeras semanas aléjate de restaurantes, bares y cafeterías, si puedes permitírtelo. Come únicamente en casa. No visites los supermercados con hambre. Sírvete la comida en platos pequeños y en pequeñas proporciones. No comas solo. Come conscientemente, sin realizar otra actividad. Preferiblemente come siempre en el mismo lugar. No te lo comas todo; deja siempre algo en el plato. Deja a la vista los alimentos que vayas a consumir; no dejes en la mesa más cantidad. Limita la exposición a alimentos “peligrosos”: no los compres. Cuando vayas al supermercado únicamente compra lo previsto y lleva el dinero justo. No decidas lo que comprar en el mismo supermercado. Adquiere preferentemente alimentos que necesitan ser elaborados reduciendo la compra de alimentos que se comen directamente sin cocinarlos. Evita en lo posible cocinar para otros. Di a tu pareja o familiares que te ayuden a disuadirte de comer fuera de los horarios planificados.
Los primeros días pueden ser los más duros porque notarás que tu cuerpo y tu cerebro te pide una mayor ingesta. Mantente fuerte y come únicamente lo planificado. En poco tiempo te habituarás a comer menos, reduciendo tu ansiedad.
¡Seguiremos hablando de este gran proyecto personal de ganar a la báscula, con más ideas!
Alberto Bermejo
Psicólogo clínico
Gabinete de Psicología Eidos (Alicante)
www.psicologos.eu
Síguenos en nuestras Redes Sociales
Facebook: https://es-es.facebook.com/GabineteEidos/
Twitter: https://twitter.com/gabinete_eidos