Con la reforma de las pensiones, que incluye la elevación de la edad de jubilación a los 67 años, los trabajadores van a mantenerse ocupados una gran parte de su vida.
Sin embargo, hay muchos empleados que en el sector industrial y financiero reciben una invitación a marchar de su trabajo antes de los 60 años. Es la gran incongruencia que establece la sociedad que hemos creado: los jóvenes empujan y casi no hay sitio para los mayores.
A mí como profesional de la psicología me interesaría destacar la afectación psicológica que puede desarrollar un trabajador retirado a destiempo, apartado de su trabajo de forma anticipada. En general es una situación que no gusta a la mayoría, pues en nuestra sustancia y esencia está nuestro ímpetu, nuestra voluntad de mantenernos activos y productivos. La pasividad y el aburrimiento casan muy mal con nuestra disposición natural; cierto es que cualquiera pensaría que una vez retirado podríamos dedicarnos a múltiples aficiones para calmar nuestro apetito de actividad, pero lo más frecuente es encontrarnos que los mayores descubren tristemente que fuera del trabajo al que han dedicado un 100% de energía, queda poco por hacer. Es uno de esos problemas que planificándolos con tiempo pueden no ser tan problemáticos en la jubilación, pero a menudo sorprenden a los prejubilables.
El retiro es un proceso de cambio brusco que afecta económica y personalmente. Cambia la forma de organizar nuestra vida e interfiere en nuestras relaciones personales. Puede producir algún tipo de trastorno adaptativo. En los adultos más vulnerables puede producir alteraciones del estado de ánimo, con ansiedad o depresión. En algunos casos activa o amplifica problemas adictivos como alcoholismo o el tabaquismo. Los mayores problemas psicológicos pueden darse en aquellas personas que sólo vivieron para su trabajo, sin organizar adecuadamente su tiempo libre diversificando su vitalidad.
Las mujeres desarrollan una mejor adaptación que el hombre ya que por lo general durante su periodo de actividad profesional han estado involucradas en múltiples ocupaciones.
Las personas recién retiradas del trabajo (legal o forzadamente) deben aprender a rehacer sus vidas en familia, con amigos y consigo mismos. Mentalizarse del cambio producido. Es fundamental mantenerse plenamente activos en la medida de lo posible y si la salud acompaña. Realizar ejercicio físico moderado. Mantener e incrementar las relaciones familiares y de amistad. Cultivar nuevas aficiones.
Es fundamental reprogramarse en todos los sentidos, pues para la mayoría de los que abandonan el mundo laboral, no han previsto un plan B y se encuentran con la inesperada sorpresa de encontrarse diariamente con horas vacías de su tiempo. Bajándonos al terreno práctico, os propongo un plan eficaz para que esto no ocurra en ningún sentido, consistente en gestionar una nueva ocupación o conjunto de acciones, en distintas áreas de nuestra vida, vais a ver:
- Fortalecimiento físico. Plantéate incorporar una o varias rutinas de ejercicio en tu nueva etapa postlaboral. Puede ser en casa o mejor en gimnasio, aire libre o en la piscina. Oblígate a un compromiso diario o semanal en esta rutina. Por supuesto, adaptado a tu forma física.
- Actualización formativa. Programa una disciplina de estudio que sea de tu agrado. Esto puede ir desde el aprendizaje de un idioma, formación de cualquier tipo, la realización de un curso de postgrado o el inicio de una carrera universitaria (¡nunca es tarde!). Y ponte al día con el ordenador y con las Apps.
- Intereses y vocaciones. Comprométete a mantener activa una o varias aficiones, dedicándoles el tiempo preciso cada semana. Si no tienes ningún hobby es el momento de incluirlo en tu estrategia vital. ¡Ah! programa algún pequeño o gran viaje cada año.
- Reforzar los vínculos sociales. Desde la pareja y los hijos, hasta los familiares y amigos. Haz una apuesta por fortalecer tus relaciones personales: programa salidas habituales para compartir experiencias con tu pareja y familia y queda con los amigos. Visita a tus seres queridos.
- Compromiso con la cultura. Oblígate a leer algunos libros cada mes, a ver tus series favoritas y compartir películas de cine con tu pareja en casa. Lee la prensa diariamente y participa en blogs y foros en Internet.
Seguid mis consejos. Manteneos activos y gozaréis de una razonable felicidad y una larga y provechosa vida, ¡merece la pena!
Psicólogo clínico
Gabinete de Psicología Eidos (Alicante)
www.psicologos.eu
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