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Psicofármacos, antidepresivos, depresión y sexo

Psicofármacos, antidepresivos, depresión y sexo

Un dato objetivo: de acuerdo con cifras contrastadas internacionalmente una de cada tres personas puede contraer al menos un episodio depresivo a lo largo de su vida. Y en España la realidad es que las personas que padecen depresión acuden a un médico psiquiatra y no a un psicólogo clínico, saliendo de su consulta con una receta de un ISRS (Inhibidor selectivo de la captación de serotonina), los fármacos antidepresivos más recetados. Estos fármacos producen cambios en la función serotoninérgica en determinadas vías cerebrales, precipitando un incremento de la serotonina disponible para el cerebro. El nivel de serotonina, según estudios neurobiológicos, también se ha encontrado asociado a trastornos relacionados con la adicción y con otros problemas de salud mental, de ahí que incluso en trastornos de ansiedad (como en en trastorno obsesivo-compulsivo), en trastornos adictivos e incluso en trastornos de personalidad la medicina ha sugerido incorporar antidepresivos en la rutina psicofarmacológica ofrecida a estos pacientes.

Querría dejar aquí bien patente mi desacuerdo en que para cualquier trastorno de salud mental (trastornos que en su mayor parte son trastornos adaptativos, es decir, relacionados con nuestra manera de relacionarnos con los demás, con nosotros mismos y con el mundo, sin ser graves) el paciente termine llevándose a la garganta los mentados antidepresivos. Estimo que  en un trastorno considerado leve o moderado deberían introducirse estrategias de autocontrol o terapias cognitivo-conductuales dirigidas por psicólogos clínicos; es decir herramientas psicológicas, antes de incluir prescripciones psicofarmacológicas; o en cualquier caso una terapia mixta psicomédica que incluya psicoterapia. Toda vez que la psicología ofrece soluciones eficaces y eficientes para todos estos trastornos.

Pues bien, estos fármacos antidepresivos (como el archifamoso PROZAC, que hace unos años despertó un interés inusitado en EEUU, hasta el punto que llegó a denominarse la “droga de la felicidad”) presentan efectos secundarios en la función sexual de hombres y mujeres en buena parte de sus consumidores.  Es el gran problema.  Un incremento de la serotonina interfiere claramente en las relaciones sexuales de hombres y mujeres, incluso inhibiendo el deseo sexual

La interferencia sexual se produce porque el incremento de serotonina induce cambios psicofisiológicos que afectan a los sistemas simpático y parasimpático del sistema nervioso autónomo, implicados en la sexualidad, en los que no nos vamos a detener ahora.

Si usted debe tomar antidepresivos por prescripción médica  (tampoco nos olvidemos, un paciente con depresión clínica no desea frecuentes relaciones sexuales) y quiere mantenerse sexualmente activo debe plantear a su médico una reducción de la dosis del medicamento o su asociación con otro psicofármaco que le pueda ayudar en las relaciones sexuales; o incluso suspender la toma de la medicación durante pequeños períodos, pero siempre manteniendo las dosis clínicamente necesarias.

Se han detectado en algunos casos abandonos de medicación por su interferencia en la sexualidad del paciente. Hay que evitarlo.

Para no ser completamente negativos podemos acabar con una buena noticia. Y es que desde hace unos años contamos con un antidepresivo ISRS cuya interferencia en la vida sexual de los pacientes es muy reducida.

Alberto Bermejo

Psicólogo clínico

Gabinete de Psicología Eidos (Alicante)

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Cosas de Psicología: Peso y figura, sin obsesiones (II)

Cosas de Psicología: Peso y figura, sin obsesiones (II)

Os comentaba en un post anterior que en esta segunda parte os facilitaría algunas ideas para encarrilar adecuadamente un programa básico de reducción de peso. Debo indicar que estas recomendaciones no están orientadas a resolver una obesidad mórbida, sino a ofrecer sugerencias inteligentes para todas aquellas personas que quieren bajar su peso unos kilos.

He de subrayar que algunas técnicas no son muy populares para acometer un programa de reducción de peso. Me propongo en este post acabar con esta pequeña maldición y romper una lanza por las estrategias basadas en lo que conocemos en psicología.

Para bajar de peso, la primera decisión es la elección de una dieta adecuada a nuestro propósito. Si tienes importantes problemas de peso te aconsejo una visita previa a tu médico experto en nutrición que pueda ofrecerte buenas propuestas e ideas, estructurando una dieta adecuada. Desconfía de las dietas milagro. No es preciso que sea una dieta agresiva. Si consigues bajar de peso suficiente pero consistentemente cada semana (incluso por debajo de 1 Kg) está programando tu cuerpo para mantener un peso más bajo. Las bajadas de peso extremas no son nada recomendables, ni física, ni psicológicamente.

En segundo lugar, considera la visita a tu psicólogo clínico para evaluar tu salud mental. Si hay presencia de alteraciones emocionales, ansiedad, depresión u otros trastornos de conducta es importante conocerlos y manejarlos para que no interfiera en tu programa de reducción de peso.

Las primeras tres semanas son las más importantes. El éxito en las primeras semanas es un anticipo del éxito de su programa. El cambio psicológico que tiene lugar en los primeros días es esencial. Se trata de que envíes  un potente mensaje a tu cuerpo y a tu cerebro: “amiguitos: vamos a colaborar juntos para bajar de peso”; y eso se consigue mostrándote firme en tu conducta. Importante: no te propongas eliminar ninguna otra adicción ahora. Concéntrate en reducir tu ingesta calórica únicamente. No es preciso llevar a rajatabla la dieta escogida. Permítete una vez a la semana hacer algún extra. Lo importante es la reducción calórica global (no diaria). Pésate semanalmente y anota los kilos en una agenda comprobando los avances. Oblígate a bajar cada semana “algo” de peso. Si una semana no tienes éxito, no te preocupes y continúa con tu programa.

Haz planes para mantenerte ocupado durante las próximas semanas; no dejes lugar al aburrimiento. Trabaja duro. Aprovecha para llevar a cabo esas tareas pendientes que siempre postergaste. Diviértete y sal con sus amigos. Disfruta de tu familia y de tus aficiones intensamente. Implícate en todas sus actividades de forma intensa. Disponte a gastar energía al máximo en todo lo que haces.

Es el momento de iniciar un programa de entrenamiento físico adecuado a tu salud, tu edad y forma física. Elige un deporte y procura practicar todas las semanas con la mayor frecuencia que te lo permita tu agenda. Los días que no hagas deporte intenso, aprovecha para dar algunos paseos durante el día o la tarde. Si puedes ir al trabajo andando o en bicicleta, hazlo. Es importante el incremento de la actividad. Recuerda que estamos mandando un mensaje a nuestro cuerpo y a nuestro cerebro de implicación en actividades físicas. Ah… ¡y no te olvides del sexo!

Cambia algunos hábitos no deseables y controla algunos estímulos relacionados con la ingesta de comida.  Planifica tus comidas. Durante las tres primeras semanas aléjate de restaurantes, bares y cafeterías, si puedes permitírtelo. Come únicamente en casa. No visites los supermercados con hambre. Sírvete la comida en platos pequeños y en pequeñas proporciones. No comas solo. Come conscientemente, sin realizar otra actividad. Preferiblemente come siempre en el mismo lugar. No te lo comas todo; deja siempre algo en el plato. Deja a la vista los alimentos que vayas a consumir; no dejes en la mesa más cantidad. Limita la exposición a alimentos “peligrosos”: no los compres.  Cuando vayas al supermercado únicamente compra lo previsto y lleva el dinero justo. No decidas lo que comprar en el mismo supermercado. Adquiere preferentemente alimentos que necesitan ser elaborados reduciendo la compra de alimentos que se comen directamente sin cocinarlos. Evita en lo posible cocinar para otros. Di a tu pareja o familiares que te ayuden a disuadirte de comer fuera de los horarios planificados.

Los primeros días pueden ser los más duros porque notarás que tu cuerpo y tu cerebro te pide una mayor ingesta. Mantente fuerte y come únicamente lo planificado. En poco tiempo te habituarás a comer menos, reduciendo tu ansiedad.

¡Seguiremos hablando de este gran proyecto personal de ganar a la báscula, con más ideas!

Alberto Bermejo

Psicólogo clínico

Gabinete de Psicología Eidos (Alicante)

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Bajar de peso, adelgazar… no es tan complicado

Bajar de peso, adelgazar… no es tan complicado

¿Estamos todos conformes con nuestro peso y figura? Recuerdo hace muchos años en unos cursos Máster, la profesora nos preguntó al conjunto de alumnos: ¿Estáis conformes con vuestro aspecto?… Levantad la mano los que no. El 90% fueron los que la alzaron. Decía Borges que la belleza es ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica. Pero muchos andan obsesionados con su peso y figura. Sin llegar a la obsesión, estimo que si quieres bajar de peso puedes proponértelo seriamente y utilizar las herramientas que tienes a tu disposición.

Alrededor del peso y la figura se configuran diversos trastornos en Psicología Clínica. Desde los relacionados con la propia imagen corporal (distorsiones,  rechazo) los relacionados con los excesos o déficit de ingesta calóricos,  pasando por todos los relacionados con la autoestima, la ansiedad y la depresión por estos conceptos.

Las presiones sociales de nuestra cultura occidental, como la publicidad, los estereotipos culturales (con modelos de extrema delgadez, paradigma de la felicidad y el éxito) impactan potentemente en el adolescente que todavía no ha estructurado su personalidad y es a menudo vulnerable. Algunos trastornos alimentarios pueden darse en niñas ante el cambio de su cuerpo,  que experimentan una pubertad temprana, que unido a los conflictos psicológicos de la adolescencia intensifican los problemas relacionados con el peso y la figura.

La familia y los factores ambientales con frecuencia desempeñan un papel importante en la aparición y mantenimiento de muchos problemas de alimentación.

El sedentarismo rampante de este tiempo tampoco nos ayuda en absoluto. El ser humano, como animal activo que somos, está hecho para el ejercicio y la actividad. Y es preciso incrementar el ejercicio y el movimiento para estar más sanos y sentirnos mejor. 

El pseudoproblema psicológico más extendido en nuestro ámbito social es el relacionado con el sobrepeso. Hoy quiero centrarme en este punto únicamente, dejando para otros posts el profundizar en otros aspectos de los problemas alimentarios. Durante este año 2020 hemos sufrido un confinamiento, derivado del COVID19 y para algunos ha supuesto un incremento de peso.

Hemos de tolerar y aceptar el hecho de que no tenemos un cuerpo 10. Ninguno de nosotros probablemente, exceptuando a algunos humanos tocados por los dioses y que se dedican precisamente e explotar su don (actores y actrices, modelos de pasarela…). Un trabajo que a menudo hacemos los psicólogos es hacer hincapié en el hecho importante de aceptar lo que la vida nos otorga desde el nacimiento. Y la figura es uno de esos “dones”. Nadie puede cambiar fácilmente de aspecto si no somete a una cirujía intensiva. Y de lo que se trata en lo fundamental es de aceptarse físicamente a uno mismo, salvo que uno se dedique al show business, al cine o al teatro. No os obsesionemos, por favor. 

Un trabajo publicado en  Science Daily hace algunos años asegura que estar delgado no siempre es la mejor opción desde el punto de vista de la salud. Se afirma en este trabajo que las personas obesas que están sanas “de otra manera”, viven tanto tiempo como las más delgadas y con menor probabilidad de morir a causa de problemas cardiovasculares. Sorprendente. El estudio se realizó sobre una muestra de 6000 personas. Entiendo que en cualquier caso estas conclusiones deben ser aún validadas en otras investigaciones, pues considero que la obesidad (que no el sobrepeso) no puede establecerse como saludable con los datos que actualmente manejamos científicamente. 

Cualquiera de nosotros puede decidir mantener cierto sobrepeso, si mantiene una vida razonablemente activa y come saludablemente. E incluso, si te has excedido en los últimos años, puedes hacer un esfuerzo para bajar esos kilos de más optando por seguir una dieta saludable y utilizando potentes recursos psicológicos, que los hay. 

En un próximo post os contaré algunos consejos, ideas y ejercicios para conseguir obtener una reducción importante de su peso, si es tu caso. Haciendo énfasis en las herramientas de cariz psicológico. Les anticipo que la psicología es un elemento importante a la hora de conseguir este hito. Y la autohipnosis, mi técnica preferida para conseguirlo. 

Alberto Bermejo

Psicólogo clínico

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Meditación de un minuto

Meditación de un minuto

A menudo optar por resolver un problema de salud mental no debe tornarse tan complicado como a menudo creemos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el estado de bienestar  es el estado óptimo y normal del ser humano. Habría mucho que discutir al respecto, pero sí es bien cierto que en este artículo de hoy me apetece romper una lanza por nuestra capacidad para reducir el malestar con soluciones poco complicadas y al alcance de cualquiera.

La tensión psicológica, que se halla en la base de múltiples problemas de salud mental, puede reducirse con sencillas técnicas de relajación y meditación. Hoy os propongo La Meditación de un Minuto.

La meditación, nosotros psicólogos occidentales, expertos en cambiar de nombre a cualquier técnica milenaria, es llamada por los colegas más modernos como «mindfulness». Yo prefiero denominarla como se ha llamado toda la vida, «meditación», como ya lo enseñaba yo hace más de veinte años en mis talleres de autohipnosis en Alicante y ya la practicaba en Cartagena junto con el yoga, cuando era un jovenzuelo, durante aquellos años en los que la New Age y los movimientos alternativos andaban muy de moda. Debo decir que nuestros amigos y sabios orientales se merecen un respeto; han de llevarse el copyright de la eficacia de estas técnicas utilísimas para la reducción del estrés y la ansiedad. Tan maravillosas como su milenaria cultura y sus paisajes fascinantes, en los que siempre que puedo me embarco para viajar y sumergirme en ellos.

La Psicología debe muchísimo a los sabios hinduistas y budistas, que nos enseñaron técnicas para parar y poner atención en nosotros mismos, en lugar de mirar todo el tiempo hacia fuera, ignorándonos. Nosotros en occidente hemos aprendido a validar las técnicas y en lugar de usarlas con fines religiosos emplearlas para curar el cuerpo y la mente, que tampoco es mala idea. Pues el estrés, la tensión y el dolor psíquico alteran nuestra naturaleza y rompen nuestro equilibro interior.

Os propongo una renovación personal, y si queréis, espiritual. Sin más rodeos, amigos lectores: os propongo que paréis y no hagáis nada. Compañeros míos de la Universidad del País Vasco UPV/EHU, como Iñaki Rivero, opinan que se puede aprender a descargar las tensiones acumuladas practicando la quietud, aprendiendo a vaciar el movimiento del cuerpo y sobre todo el de la mente.

Os recomiendo este pequeño corto en Youtube en el que se explica una meditación en un minuto: http://www.youtube.com/watch?v=YJBB8ambUdI

Si lo alargáis a cinco o diez minutos, veréis como el efecto de refresco mental se incrementa. Una pequeña siesta también ayuda, pero la siesta no la podemos improvisar ante el ordenador, o en el trabajo.

Durante este benefactor minuto conviene no centrarse en nada, dejando la mente divagar, sin intervenir; dando rienda suelta a cualquier contenido mental o emoción, sin identificarnos con ninguno de ellos; sencillamente parar, esperar y sentir, sin más. Manteniendo nuestra conexión con la respiración. Si conseguimos reducir los input u outputs mentales durante ese momento, mucho mejor.

¿A que os gustó este ejercicio?. Pues ánimo, practicad todos los días y veréis como vuestras tensiones psicológicas quedan muy aliviadas.

Alberto Bermejo

Psicólogo clínico

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El dolor y su vertiente psicológica. Aportaciones desde la hipnosis.

El dolor y su vertiente psicológica. Aportaciones desde la hipnosis.

Uno de los grandes problemas que los psicólogos encontramos en nuestras consultas es el tratamiento de los problemas de dolor. Son consultas relativamente frecuentes: desde dolores musculares con complicaciones de tipo psicológico, hasta fibromialgia, pasando por todo el espectro del dolor crónico, e incluso de dolencias puramente médicas. El porcentaje de pacientes con dolor en España alcanza entre el 15%  y el 20%
Hace unos años la revista científica “The Lancet” realizó un análisis en profundidad de la situación en que se encuentra actualmente el manejo clínico del dolor, encontrándose que las terapias actuales adolecen de insuficiencias importantes y el abordaje del problema de dolor sigue siendo problemático. Aún permanecen muchas dudas sobre el definitivo establecimiento de las bases neurofisiológicas y bioquímicas en la percepción del dolor; y el mejor ejemplo lo tenemos con la fibromialgia, trastorno depreciado, e incluso despreciado por buena un sector de la Medicina.
Los profesionales no estaríamos tan preocupados si no nos encontráramos ante un problema que implica el sufrimiento innecesario de nuestros pacientes; sobre todo en lo que respecta al problema de dolor. Y el mismo no se presenta sólo, sino acompañado de trastornos de ansiedad, depresión, problemas comportamentales, adicciones, etc.


El dolor no deja de ser una respuesta adaptativa de nuestro organismo. Nos informa que algo anda mal en nuestro cuerpo: es una especie de sistema de alarma. Es una experiencia que se percibe física y afectivamente. En el dolor podemos encontrar aspectos puramente sensoriales, aspectos motivacionales-afectivos y aspectos cognitivo-evaluativos. Así, la experiencia de dolor de una misma intensidad en una persona puede ser perfectamente diferente en otra.
En 1965 Melzack y Wall propusieron la “teoría de la puerta”, estableciendo que en el asta dorsal de la médula puede hallarse la clave neurológica responsable del paso o el impedimento de paso de los impulsos nerviosos provenientes de los nociceptores hacia los centros superiores, modulando la percepción de dolor.
Ciertamente, desde la Psicología podemos intervenir efectivamente en procesos de dolor crónico y fibromialgia. Y concretamente yo utilizo eficazmente procedimientos hipnosugestivos (hipnosis) para ayudar a los pacientes a afrontar con eficacia sus episodios de dolor.
El éxito del tratamiento implica el adecuado manejo del dolor desde el punto de vista psicofarmacológico, terapias físicas y la aplicación de estrategias psicológicas orientadas al manejo comportamental del paciente, corrección motivacional, autocontrol emocional y reestructuración cognitiva.
Es fundamental que el paciente tenga conciencia de su dominio sobre el dolor y de que dispone de herramientas útiles y eficaces para hacerle frente.
¿Y qué estrategias basadas en hipnosis pueden ser útiles para los pacientes?
De entrada, cualquier estrategia de relajación hipnótica orientada a la reducción de la activación fisiológica ayudará al paciente.
Particularmente útiles se han mostrado los ejercicios de visualización (e imaginación creativa) bajo hipnosis, mediante el empleo de metáforas sensoriales.
Estrategias cognitivas pueden ser de ayuda; entre otras, focalización externa de la atención, restructuración cognitiva, autoinstrucciones y estrategias de resolución de problemas.
Son de aplicación algunas técnicas basadas en autocontrol emocional y en el cambio actitudinal.
Cada caso merece un estudio pormenorizado y la aplicación de las estrategias más acordes al problema presentado por el paciente.

Alberto Bermejo

Psicólogo clínico

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