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El problema de la Psicología en España

El problema de la Psicología en España

Recientemente se ha publicado un un artículo en Infocop Online http://www.infocop.es/view_article.asp?id=17000&cat=47  reportando la escasez de psicólogos especialistas en el Sistema Nacional de Salud y los problemas derivados de lista de espera según informe publicado por la Fundación CIVIO.  De acuerdo con este trabajo, España es el país que presenta una mayor prevalencia en depresión en Europa por detrás de Grecia.  Presentando actualmente una nimia oferta de 5,14 psicólogos por cada 100.000 habitantes en el Sistema Público.

Definitivamente, los pacientes con diagnósticos de ansiedad o depresión han de acudir al psicólogo clínico privado para recibir tratamiento psicológico de calidad por sus problemas de salud mental, o bien acabar bajo el vasallaje de las soluciones psicofarmacológicas, no siempre las más apropiadas para problemas de índole psicosocial y trastornos adaptativos.

Conviene recordar que seguimos sufriendo una epidemia vírica de calado y que según El Colegio Oficial de Psicología de Madrid se estima que las peticiones de consulta en dicha comunidad han crecido hasta un 30%, datos que pueden ser extrapolables al resto de comunidades españolas.

Asimismo, la atención primaria  en el ámbito de la salud mental es de muy baja calidad. Los ciudadanos que precisan ayuda acuden preferentemente a su médico de familia quien normalmente no cuenta con las herramientas ni la formación adecuada para manejar estos problemas, por no señalar que tampoco dispondría del tiempo suficiente para escuchar a estos pacientes hablando sobre sus cuitas.

No olvidemos tampoco que la ansiedad representa el diagnóstico principal que los pacientes informan a su médico de cabecera, intentando obtener soluciones a sus problemas de angustia y dolor psicológico. Un informe del Ministerio de Sanidad de 2017 confirmaba que el 34,3% de las mujeres y el 17,8% de los hombres de 40 y más años han retirado al menos un envase de antidrepresivo, ansiolítico o hipnótico/sedante. El consumo de estos productos ha crecido hasta las 203 dosis diarias por cada 1000 habitantes, también en dicho año de 2017. Estos datos indicados de 2017 han sido publicados ha finales del año pasado. Nuestro Ministerio de Sanidad tampoco trabaja con gran rapidez en este tipo de publicaciones.

Estamos ante un problema grave de salud pública y nuestra profesión lamenta que la Psicología continúe siendo la cenicienta en las propuestas de atención sanitaria. Es lamentable haber escuchado recientemente como un diputado en el Pleno del Congreso preguntaba por la salud mental de los españoles y como respuesta un diputado de un partido político rival respondía “vete al médico”. Posteriormente este diputado respondón pidió disculpas por su desafortunada frase, pero en cualquier caso refleja el estado de la Psicología en España, que continúa situada a la zaga de la Medicina, cuando según diversos estudios e investigaciones, el tratamiento de determinados problemas de salud mental con tratamiento psicológico cognitivo-conductual sería más eficaz y menos costoso que mantener estos problemas en los pacientes periodificando la administración de psicofármacos.

En conclusión, España se encuentra entre los países más medicados del mundo, como refieren el Observatorio del Medicamento y la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE), que informan un incremento significativo en el consumo de psicofármacos.  Sé que nuestros políticos están muy ocupados actualmente en reducir la crisis generada por el COVID19, además de no dejar de tirarse trastos a la cabeza, pero estimo como psicólogo que si nuestros próceres realmente han accedido a la Política deberían mostrarse más proactivos para preservar el bien común (también el psicológico), indudablemente el fin principal que mueve a los profesionales de la cosa pública. Señores políticos, hagan algo por fin para mejorar la salud mental de los españoles.

Alberto Bermejo

Psicólogo clínico

Gabinete de Psicología Eidos (Alicante)

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Suicidios por desesperanza COVID-19

Suicidios por desesperanza COVID-19

Acongoja sobremanera leer en  prensa sobre el aumento inquietante de suicidios inducidos por la pandemia COVID-19. A principios de este año 2021 la OMS ya alertaba de un repunte de los mismos y una profusión de trastornos psicológicos debido a la pandemia.

El Doctor del hospital Parc Taulí de Sabadell, Diego Palao, por su parte, alertaba recientemente  del impacto de la pandemia en nuestra salud mental, una tormenta perfecta para el incremento de la sintomatología de depresión y el riesgo de suicidio entre la población más vulnerable.

Quien mejor y más rápidamente informa de estos sucesos es Japón, un país muy sensibilizado con este doloroso problema. Recientemente hemos conocido que este país ha creado el Ministerio de la Soledad para intentar frenar estos sucesos.  El bosque de Aokigahara sito en las estribaciones del monte Fuji es la localización perfecta para muchos jóvenes japoneses con el ánimo de acabar con sus días. A su entrada, un angustioso cartel advierte: “tu vida es un hermoso regalo de tus padres. Por favor piensa en tus padres, hermanos e hijos. No te lo guardes. Habla de tus problemas”.

Hablar de problemas. Los especialistas en ello son los psicólogos, profesionales por los que ninguna administración pública reciente en España presta atención suficiente. Nuestros iletrados políticos solo parecen confiar en la cuasifelicidad que aportan unos psicofármacos que se tornan insuficientes para acometer el dolor que sufre esta generación COVID-19.

El suicidio como solución terminal para un individuo se perpetra en estados graves de angustia y depresión. Recordemos que el dolor psíquico o dolor emocional es la causa más significativa para decidir quitarse la vida. En mayor número lo intentan los diagnosticados con un Trastorno de Depresión Mayor.

Sin embargo, conviene saber que algunos suicidas pretenden únicamente llamar la atención de su entorno directo. Los trastornos mentales (graves) se conjugan dramáticamente para provocar la mitad de los casos de suicidio en todo el mundo. Sobre todo, producidos por tensiones importantes, estrés, abuso y tantas otras situaciones de estrés vital. Y en este tiempo pandémico,  el COVID-19 se establece inopinadamente como candidato férreo para cometer el acto fatal en seres tocados por el infortunio psicológico.

Si en nuestro entorno familiar o personal conocemos a personas en grave riesgo de suicidio hemos de ayudarles a que busquen la ayuda psicológica o psiquiátrica que necesitan. En un caso extremo podemos llamar a la policía. Hay soluciones para todas estas personas que sufren de desesperanza. Lo peor es dejarlo pasar y no dar importancia a los signos que indican claramente que alguien quiere poner fin a su vida.

Las personas que se obsesionan por  dar término a su existencia suelen presentar un deterioro psicológico muy importante; podemos preguntarles sobre sus intenciones o hacer averiguaciones sobre su comportamiento; es importante no dejarlos solos, y apartar de ellos cualquier elemento peligroso, útil o instrumento con el que puedan dañarse; no es buena idea recurrir a culpabilizarlos, ni ignorar sus sentimientos de aguda tristeza; hemos de mostrarnos cercanos y amables, y buscar la forma de hacer imperar en ellos pensamientos más positivos;  informarles que con ayuda podrán salir adelante y superar la angustia: que todo no está perdido.

Atención, que aunque el potencial suicida presente signos de mejoría, los pensamientos sobre muerte pueden persistir durante algún tiempo. Recordad lo más importante: la mayoría de potenciales suicidas no quieren morir. Solo desean librarse del dolor y la angustia.

Alberto Bermejo

Psicólogo clínico

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Control e improvisación en Psicología

Control e improvisación en Psicología

¿Cuántas veces realizamos gestos o actos automatizado casi sin percatarnos?

Estas últimas semanas he seguido la serie de Narcos México y me he sorprendido poniendo subtítulos en inglés para entender a estos güeyes. No es el mejor ejemplo de lo que deseo tratar en este post, pero me apetecía contarlo…

En la vida no podemos planificarlo todo. Sería extenuante. Tampoco debemos permitir que los automatismos tomen el control de nuestra existencia y nos roboticemos.

En ocasiones, estos automatismos nos complacen. Conozco a una persona que decidió dejar de fumar apenas sin pensarlo. Dicho y hecho. Me costó creerlo. Porque yo fui fumador en mi juventud, y tuve que ver morir un amigo en el hospital para dejarlo definitivamente hace años.

Y es que dentro de nosotros tenemos la fuerza necesaria para improvisar acciones o actuar de forma refleja. Conozcámonos.  A veces merece la pena dejarnos de llevar por esa corriente o flujo de procesos, que desatendemos y no sabemos adónde puede llevarnos, pero nos satisface. Hemos de saborear estos pequeños regalos de la vida, poniendo el foco en la autoregulación.

Si miras atrás seguro que recordarás algún momento en el que tuviste que actuar para resolver una situación complicada, sobrevenida. Sin darte cuenta estuviste tomando decisiones y solucionando un problema. Hay personas especialmente dotadas para ello, ¡y siempre puede entrenarse si lo precisas!.

Por el contrario, abandonarte constantemente a actos insconscientes o automáticos puede ser una temeridad. Dejarnos llevar por la ira y la impulsividad, por ejemplo, no es una buena idea. No siempre tendremos opción de arrepentirnos o pedir perdón.  Hemos de llevar cuidado para no perder la cabeza.

Freud desde el psicoanálisis desarrolló el término de “acto fallido” como error cognitivo o comportamental. Él lo asociaba a una interferencia inconsciente, reprimida. Una especie de confesión inconscientes. No estoy totalmente de acuerdo con su punto de vista. Demasiada confianza en «lo inconsciente».

Analízate, ¿tiendes a improvisar y a dejarte llevar por comportamientos espontáneos? ¿O bien prefieres planificar cada gesto que haces en tu vida?. Como casi siempre, en el medio está la virtud, no obstante te ofrezco algunas sugerencias prácticas.

Revisa si tu manera de proceder y actuar te complace, si conduce a buenas experiencias y es recompensada personal y socialmente. Si es así, no será preciso realizar cambios en tu comportamiento.

Si las improvisaciones o los automatismos te llevan por el camino de la amargura, porque recibes críticas, cometes errores, te despistas, pierdes el foco, tiene consecuencias negativas, etc. En este caso es conveniente que tomes más conciencia de cada decisión que tomas en la vida y que realices ejercicios de control atencional. Has de ser más consciente de cada paso que das.

Si el exceso de planificación enlentece tu ritmo vital, te paraliza, reduce tu espontaneidad…. En este caso te animo a que hagas algunos cambios comportamentales. Arriesga más en tus decisiones. Valora la rapidez para ejecutar acciones o elaborar respuestas. Sé más natural y déjate llevar un poco más.

En definitiva, ¿te gusta improvisar o prefieres planificarlo todo?

Alberto Bermejo

Psicólogo clínico

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¿EL CEREBRO TIENE SEXO?

¿EL CEREBRO TIENE SEXO?

Llevo años entrevistándome con hombres y mujeres en mi quehacer clínico. Hombres y mujeres sufriendo diversos trastornos de ansiedad, de personalidad,  depresión u otros trastornos relevantes.

Deciros que siempre he considerado una diferencia fundamental entre hombres y mujeres, antes incluso que proliferaran los libros del tipo “Los Hombres son de Marte y las Mujeres de Venus”. Radicalmente, somos distintos (pero no como para pertenecer a distintos planetas). La mayor diferenciación es fundamentalmente cerebral.

Nuestro cerebro no funciona de la misma forma. Han sido años de evolución los que nos han diferenciado. Y con ello no damos a entender que los hombres son más inteligentes que las mujeres o viceversa. Simplemente hay tareas que un sexo realiza mejor que el otro. Aunque en esta oportunidad no hablaremos de tareas, sino del impacto de la biología en el comportamiento de hombres y mujeres.

La  investigadora Louann Brizendine («El cerebro masculino» RBA ediciones),  neuropsiquiatra  de la Universidad de San Francisco defiende que los cerebros de hombres y mujeres procesan el mundo de forma diferente. Los caballeros se extrañan del modo de pensar de las señoras, testigos de un mundo complejo y no exento de peligros; y las mujeres piensan a menudo que los hombres estructuran su manera de cavilar desde un cerebro simple.

Durante la gestación,  es la descarga de testosterona lo que masculiniza al feto en cuerpo y mente. Con un año de edad, los niveles de testosterona son equiparables a los de un adulto. Como consecuencia, un niño disfrutará con objetos prohibidos y peligrosos, rehuyendo advertencias y funcionará muy bien en ambientes competitivos. A los pocos años exhiben su fuerza física a causa de la elevación de la dopamina, que se incrementa con la acción y el movimiento.

Las chicas poseen más conexiones en el área de la comunicación y las emociones. Son muy buenas escrutadoras de rostros y valoran la aprobación social.  En los primeros años, los ovarios generan estrógenos, que desarrollan los circuitos de observación y comunicación. Ello les lleva a mantener relaciones armoniosas con los demás, evitando conflictos y son más proclives a implicarse en juegos cooperativos. El lenguaje es su gran arma.

En la adolescencia la búsqueda sexual es el centro del interés del hombre. Las hormonas vasopresina y cortisol son el andamiaje biológico de la actitud de defensa del territorio que muestran los chicos. Sexo (el hipotálamo crece de forma desmesurada) y agresividad, ahí es nada. Independencia frente al control parental, también muy observable en los chicos.

La adolescencia femenina es diferente. Hay un incremento de la sensibilidad ante la aprobación o rechazo. Las adolescentes quieren sentirse sexualmente deseables, pero dependiendo del día los mensajes que envían o reciben pueden ser confusos. Los cambios del humor son continuos, sobre todo en las dos segundas semanas del ciclo, cuando la irritación es mayor. La solución para todo ello es hablar. Curiosamente, hablar y hablar produce en el cerebro incrementos de las hormonas dopamina y oxitocina que se traducen en experiencias placenteras. Se buscan alianzas con amigas.

Ya en la madurez los hombres comienzan a feminizarse al disminuir el flujo de hormonas masculinas (sí, amigo lector, ¡nuestra virilidad no es la misma que a los veinte años!). Es en este período donde se describen más episodios de trastornos sexuales masculinos, como eyaculación precoz y problemas de erección y/o falta de deseo sexual. Somos más receptivos a la hormona responsable de los abrazos (la oxitocina) y nos mostramos menos territoriales. Con una ventaja: el hombre es fértil prácticamente toda su vida.

En la mujer madura, con las bajadas de estrógenos y progesterona de la menopausia, el cerebro cambia. Menos interesadas en las emociones, se preocupan más de sí mismas. La concordia ya no es un fin en sí mismo.  En las mujeres también desciende el combustible del impulso sexual, la testosterona, también presente en las mujeres.

Alberto Bermejo

Psicólogo clínico

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Nomadland, una experiencia de libertad

Nomadland, una experiencia de libertad

Este jueves disfruté una fascinante película de Chloé Zhao, NOMADLAND. Está basada en el libro Nomadland: Surviving America in the Twenty-First Century escrito por Jessica Bruder.  Una singular epopeya intimista que recorre las experiencias del personaje que borda Frances McDormand tras el cierre de la fábrica en la que trabajó durante años, en un proceso de búsqueda (o encuentro) personal rodeada de personajes sorprendentes, con los que tropieza, recorriendo maravillosos paisajes americanos en su furgoneta. Se está llevando todos los premios posibles y es una extraordinaria experiencia cinematográfica, acompañada en esta oportunidad por las sublimes composiciones de Ludovico Einaudi.

Chloé Zhao nos sumerge en territorios inhóspitos. Territorios del interior de un alma que parecen desfigurarse en las primeras escenas para luego remontar un vuelo inescrutable en búsqueda de sí misma. Una auténtica experiencia de libertad, aprehendida a fuerza de golpes vitales. La protagonista se deja querer por la vida, y cual marioneta del destino se mece por los hilos de los Hados buscando el modo de abrazar su libertad.  Los encuentros con sus compañeros de camino, personas con hogares rodantes, sin casa, están repletos de gran belleza poética. Maravillosa. Descubrimos cómo es posible en nuestras vidas elegir la libertad, la felicidad, la comunidad, la familia, el amor y la amistad, pero no todo a la vez. 

La película es una experiencia onírica, vital  y optimista enmarcada en un entorno gris y nostálgico. E induce a pensar sobre tu propia existencia, sobre tus elecciones, sobre el destino y por encima de todo, el valorar lo que auténticamente importa. Porque cada uno elige y abraza sus propios valores. Y para ello debemos saber mirar dentro de nosotros. 

Nos queda esa esperanza, de poder elegir libertad. De seguir viviendo y superando obstáculos. De seguir mirando hacia adelante en pos de nuestras metas más anheladas. Mírate dentro, elige y obra en consecuencia.

Nos vemos en el camino.

Alberto Bermejo

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