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Problemas de Alimentación

Gabinete de Psicología EIDOS

Todas las personas comemos y lo hacemos porque es imprescindible para poder vivir, aunque también porque disfrutamos al hacerlo. Sin embargo, existen grandes diferencias entre unos y otros. Unos comen más y otros comen menos, unos suben de peso y otros no. Al comer demasiado o demasiado poco, o mantener hábitos de alimentación poco saludables, algunas personas llegan a un extremo que puede perjudicar su salud hasta el punto de tener que necesitar asistencia médica y psicológica.

Los trastornos de la alimentación más frecuentes son la obesidad, la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa.

La anorexia nerviosa se caracteriza por un intenso miedo a la gordura, una disminución de la cantidad de comida ingerida que puede llegar a una restricción importante de la ingesta, una pérdida excesiva de peso, la pérdida de la menstruación (en el caso de una mujer), etc.

La anorexia, generalmente, comienza en la mitad de la adolescencia (de los 13-19 años). Ocasionalmente puede comenzar antes, en la infancia, o con posterioridad, entre los 20 y los 30 años. La anorexia casi siempre comienza con la dieta de cada día, que suele formar parte de la vida de cualquier adolescente. A diferencia de lo que ocurre en las dietas normales, que finalizan cuando el peso deseado es alcanzado, en la anorexia la dieta y la pérdida de peso continuará llevando el peso del paciente por debajo del límite normal correspondiente a su edad y altura. Según transcurre el tiempo, el paciente con anorexia puede también desarrollar algunos síntomas de bulimia. Pueden provocarse el vómito o utilizar laxantes como forma de controlar su peso. 

La bulimia se caracteriza por un intenso miedo a la gordura, por mantener un peso que se corresponde más con lo normal, por alternar conductas alimentarias basadas en los atracones de comida y las conductas purgativas como el ejercicio físico excesivo, el uso de laxantes y/o los vómitos autoinducidos, etc.

Esta condición generalmente afecta a un grupo de edad ligeramente superior al de los pacientes con anorexia, con frecuencia mujeres con poco más de 20 años que también han tenido un problema de sobrepeso en la infancia. A diferencia de la anorexia, en la bulimia se mantiene el peso dentro de los límites normales. Esto es debido a que, a pesar de que se intenta perder peso provocando el vómito o tomando laxantes, también se dan atracones. Estos atracones implican el ingerir, en un período corto de tiempo, grandes cantidades de alimentos que engordan y que habitualmente no se permiten. Por ejemplo, se pueden comer varios paquetes de galletas seguidos, varias cajas de bombones y varios pasteles en un par de horas o incluso en menos tiempo.

¿Qué podemos hacer?

El primer paso para poder tratar un trastorno de alimentación es reconocerlo adecuadamente. Es mucho más fácil ayudar a un paciente con anorexia o bulimia si el problema es reconocido y tratado rápidamente. Cuanto más tiempo permanezca sin diagnosticar, peor llegará a ser el problema, y más difícil será su tratamiento. La anorexia puede ser una amenaza grave para la vida, por eso es importante el acudir a un profesional lo antes posible.

Una vez que el problema ha sido reconocido, en el ámbito psicológico el primer paso que dará el terapeuta será intentar clarificar cuando surgió el trastorno y cómo se ha desarrollado, qué factores han desencadenado el problema y cuáles lo mantienen. También analizar, los antecedentes más cercanos a la conducta problemática, ya sea obesidad, anorexia o bulimia, y cuales son las consecuencias, positivas o negativas, que se derivan de esta conducta. Este análisis es imprescindible y dependiendo de la cantidad de peso perdido también podrá ser necesario un examen físico completo y la realización de análisis de sangre.

En base a los factores implicados en el problema, detectados en el análisis anterior, las estrategias de tratamiento irán encaminadas, en general, a la recuperación biológica; la restauración de los hábitos alimenticios; la modificación del patrón de pensamientos relacionados con el problema; el manejo de respuestas emocionales que forman parte de trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión, que suelen estar asociados a los trastornos de la alimentación; y, la intervención sobre otros problemas psicológicos, conductuales, familiares y sociales que pudiesen estar presentes.

Si tus preocupaciones giran en torno a este tema o padeces este tipo de problemas, podemos ayudarte… Estamos cerca de ti.

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